Somos, en nuestra unión:
la vida que renace de lo exánime,
el último aliento que exhala el fénix,
la magia que mantiene una ilusión,
el llanto del niño que nace
y el triunfo de la más ardua labor.
Pues cada gesto supone una quimera,
la mirada refleja la atracción,
tus latidos son mi voz en tu alma,
que no pierde tiempo repartiendo amor.
Y tu tacto embriaga mi consciencia,
dictando un nuevo juicio a mi razón;
retratando un romance que no abarca parangón.
Todo lo mío siempre será tuyo,
mi cuerpo y mi mente existen con tu amor.
No hay nada que logre turbar lo que digo,
respiro si siento tu aliento conmigo,
y vago en lo onírico si escucho tu voz.
Así es y así es como lo pienso,
no cabe mejor explicación.
Tú eres todo lo que quiero y necesito,
te amo y por ti existo
y adoro que podamos sentirlo los dos.
