sábado, 25 de abril de 2009

Son sueños

Vagando por una atmósfera onírica

¿Qué son en realidad los sueños?
Ciertos entendidos en la materia nos dejaron postulados como estos:

“Nuestros sueños se agregan siempre a las representaciones que poco antes han residido en la consciencia, y una cuidadosa observación encontrará casi siempre el hilo que los enlaza a los sucesos del día anterior”

“Todas las ansias o repulsas sexuales que dormitan en nuestro corazón pueden motivar, cuando son estimuladas por una razón cualquiera, la génesis de un sueño compuesto por las representaciones a ellas asociadas, o la intercalación de dichas representaciones en un sueño ya formado…”

“Por singulares que sean sus formaciones no son independientes del mundo real, y todas sus creaciones, tanto las más sublimes como las más ridículas, tienen siempre que tomar su tema fundamental de aquello que en el mundo sensorial ha aparecido ante nuestros ojos o ha encontrado un lugar de nuestro pensamiento despierto; esto es, de aquello que ya hemos vivido anteriormente”

Pero ¿cómo podemos tener la certeza de que dichos enunciados son ciertos? Pienso que ni siquiera quienes hicieron esas proposiciones estaban seguros de sus palabras.

Lo que está más que claro es que son creaciones altamente subjetivas, llevadas a cabo por la mente. Partiendo de esto ¿cómo podríamos percatarnos de que nuestro mundo no es más que una creación mental? ¿Y si solamente estamos viviendo un sueño contínuamente, y todo lo que tenemos a nuestro alrededor está generado gracias a mí mismo y a mis deseos…?

Sólo tienes que evadirte de todo… no pienses en nada y podrás ser lo que quieras; pero a tal estado no podemos llegar conscientemente. Imagínate la cantidad de cosas que se podrían hacer…

La muerte, según lo anterior, no es más que otra parte del contínuo sueño en el que vivimos. Si mueres ¿qué ocurre? nada. Caes en otro sueño como en el que estás ahora y así será sucesivamente… ya que nada empieza ni nada termina, todo es un contínuo fluir.

¿Nunca hemos acabado muertos en un sueño? Por supuesto. Es algo natural, intrínseco en nuestro papel como individuos vivos. Todo sería más fácil si tuviésemos la certeza de que al morir sólo cambiamos de sueño; no existiría el miedo a la muerte pero tampoco se valoraría del mismo modo la vida.

Esta noche mientras sueñes, mírate a un espejo, o simplemente mírate a ti mismo… ¿acaso recuerdas, de verdad, como eras en algún sueño? ¿O si eras tú el protagonista de dicho sueño? Que yo sepa, esa certeza no la tengo…

Reflexión realizada gracias a Hector Bonell, uno de mis mejores amigos y una de las personas que más me hacen pensar.