sábado, 9 de agosto de 2008

Ésto es vida

Ingrato destino

Dulce melodía resuena en mi cabeza,
informa que hoy han muerto
recuerdos de bellas promesas.

Quién soy yo para decidir mi conveniencia
pues el destino lo va a predecir;
y entonces, sólo entonces,
jugará para truncarlo por mí.

No decido, no concibo,
por qué me alegra poderlo eludir
si sólo anhelo
todo aquello
que en su día me hizo feliz.

Jodido destino,
se empeña en estar contra mí.
Cuando sueño, no lo domino,
entonces me juzga y decide reír.

Qué es lo justo, qué me merezco,
qué pretende el destino apostar contra mí,
qué otra dura impotencia quiere ver surgir.

Y ahora callo, no me engaño,
no lo tiento ni pretendo hacerlo reír;
sólo pienso que aún hay tiempo
para un nuevo error infantil.

Y esa idea de ser débil,
se apodera de mi alma
porque sabe que me hace sufrir,
sólo queda la ventaja de ser yo la que debe vivir.

Al destino le jode que sonría,
así que no veo mejor alternativa,
probaré con sonreírle a la vida,
pues no cuento con un arma más efectiva.