sábado, 7 de marzo de 2009

No sé expresarlo de otro modo

Te quiero muchísimo


Rendida al culto de un dios inexistente,

Oscilo entre ser dinámica o estable;

Zambuco mis ansias de libertad,

Alcanzando una riqueza inestimable;

Niego, además, el éxito de mi raciocinio,

Donde todos mis actos los rige el corazón.

Opulento escenario henchido de pasión.


Tañidos de gloria inundan mi parecer,

Urgiendo una prisa que resulta incomprensible.


Ahora quiero sentir el viento que roza tu piel,

Librarle una batalla a mis sentimientos,

Mentirle al destino cuando no me permita crecer

Además de reírme de todo tiempo imperfecto.


Me gusta concebir, por ti, tal estremecimiento.

Estribas un amor que nunca pude sentir.


Exenta de desvelos me hallo al pensarte,

Navegando en un mar donde reside mi horizonte,

Albergo un sueño que se resiste a despertarme,

Meciendo una armonía que resulta inquebrantable.

Ofrezco mi corazón en toda su plenitud,

Reconociendo que no percibo mayor satisfacción,

Estando en brazos del ángel, que disipó mi inquietud.